miércoles, 31 de agosto de 2011

ASANTE SANA KENYA - GRACIAS KENIA

Eric, Kevin, Eunice, Ben, Paul, Simon, Alma, Innocent, Anthony, Lidia, Justin, Ruth, Gilbert, Latia, Fenny, Anni, Daisy, Rosemary, Doris, Rose, Amal, Kelvin, Dennis, Annjerry, Margaret, Mungay, Junior, Simon, Brigitte, Valma, Stanley, Joseph, Thomas, Christine, Peter, Veronika, Jerry, Grace, Anne, Elisabeth, Joyce, Magdalene, Mary y así hasta llegar hasta 112 niños y niñas de Kenia. Hoy empiezo por sus nombres porque en el ultimo post dessde Kenia merecían ser los primeros en aparecer porque son lo más importante. Esta aventura, proyecto, experiencia o muchas más cosas que se podría llamar llega a su fin. He estado cerca de 45 días en este increíble país aprendiendo, disfrutando y conociendo gentes, situaciones, swuahili y muchas cosas mas.

La verdad es que podría estar mucho tiempo escribiendo este post si quiero explicar un poco lo que he sentido en todo el tiempo que he estado aquí. Creo que es imposible tratar de transmitir la emoción constante que es conocer un país y unas personas como las que viven aquí. Por eso lo mejor que puedo hacer es recomendar a todo el mundo que vaya al corazón de África, a Kenia y lo compruebe por sí mismo y se enamore de esta tierra. Ahora me queda una semana en la que disfrutare de un poco de turismo de este páis, que es una fuente de naturaleza y vida salvaje que no se encuentra en ningún lado del mundo.



Pero os voy a poner las cosas que más echare de menos y de las que siempre me acordaré. Las situaciones, charlas y las complicidades con los niños del Home va a ser explicarlas y me las quedaré dentro de mi para siempre todo lo que he compartido con ellos en este tiempo. He de decir que aunque yo iba como profesor para el programa de verano de los niños, creo que ellos han sido los profesores silenciosos conmigo con todo lo que me han enseñado. Por ello no puedo estar nada más que muy agradecido a la oportunidad que me dieron primeramente de venir aquí y luego a toda esta gente que nos ha acogido como familia en el orfanato y en los demás sitios que hemos pasado fuera del mismo.

Me quedo con los amaneceres, con abrir la puerta de nuestra cabaña y ver la vida salvaje en su máxima expresión en medio de la sabana africana. O escuchar a más de 100 niños cada mañana haciendo que el sitio donde estaba pareciera una fuente interminable de vida. Y me quedo con los anocheceres cuando ibamos cabaña por cabaña dando las buenas noches a todos y viendo la evolución en el cariño y la confianza que teníamos día a día con cada uno de ellos. Las confidencias también han ido llegando, especialmente de los chicos y chicas más mayores y que se acercaban en edad a nosotros y ahí es donde creo que yo más he aprendido de la realidad en que viven y me han transmitido, muchas veces tengo que decir, muy dura.

Es inevitable que en este post también recuerde donde estoy por mucho que os trasnmita todo lo bueno que he pasado. Pero Kenia está pasando por momentos muy difíciles por la crisis del Cuerno de África y eso se ve en los diferentes sitios por los que he estado, se palpa y se siente y es una frustración verlo y darse cuenta con lo poco que vive mucha gente en este páis (concretamente 11 millones de personas) y las diferencias que existen entre unos países y otros. Ha sido una visión muy completa de como está el mundo, desde donde vengo hasta donde estoy pero ha sido muy enriquecedor para darse cuenta de muchas cosas y de valorar todo si cabe aún mucho más lo que tengo. Además he tenido la suerte de conocer las costumbres, cultura y tradición de Kenia y de África Subsahariana en general; y tengo que decir que aunque la respeeto muchísimo,  tengo mis discrepancias con ellas y creo que el avance de estos países debe venir de la mano de cambios en estos aspectos, en especial del papel de la mujer.

No se que más contaros, han sido unos días muy completos a nivel personal no sólo por la reflexión si no por la convivencias también con los voluntarios, donde nos juntábamos al decir buenas noches a los niños y repasábamos todso los buenos momentos que hemos tenido juntos, con los niños, con las confidencias que luego nos relatábamos. Han sido muchas cosas por compartir porque lo bueno de estas cosas es compartirlas. También ha sido muy enriquecedor para mi salir a correr fuera del orfanato, en medio de la sabana, para ordenar pensamientos y volver casi de noche teniendo la luz de Nyumbani de la entrada como faro para la vuelta. Son pequeños detalles que se que echare de menos y que aquí he valorado mucho.



Y ahora que? Pues sinceramente no lo se. Ordenar pensamientos y reflexiones que se han hecho aquí. Queda volver a mi realidad diaria, el trabajo y pensar en la siguiente aventura y experiencia para compartir con personas que no han tenido la suerte que nosotros. Me viene a la mente en estos días ir a Camboya y conocer el sudeste asiático pero sin duda que todo puede dar muchas vueltas y veremos lo que pasa en el futuro. Me voy siendo consciente de como esta el mundo, tan desigual pero con el ánimo muy arriba y con una positividad enorme. Ha sido una cargada de pilas para todo lo que venga en adelante. He intentado a su vez dar esta positividad a todos los niños y gentes de aquí, con lo que creo que ha sido una simbiosis muy interesante. Me acordaré de la generosidad de toda esta gente, su respeto, y su capacidad de esfuerzo. También de las clases, de los niños escribiendo y los silencios que había. O de las misas, auténticas fiestas con bailes donde todo el mundo participaba. También de la vida que hemos llevado aquí, como cualquier keniata, cogiendo sus transportes públicos y comiendo toda la comida de la zona. En definitiva, muchísimas experiencias y situaciones que nunca olvidaré.

Escribiré cuando vuelva a España en una semanas, contandóos como ha sido la vuelta y este blog continúa. Os seguire contando temas que afectan al mundo y a la realidad que nos rodea. Ha sido muy inspirador todo lo vivido y espero que mucha gente pueda por cualquier parte del mundo experimentar un voluntariado para compartir con mucha gente. Sólo me queda dar las gracias de nuevo y recalcar que en este tiempo me he dado cuenta ya del secreto de este país y por qué es tan increíble. Y lo es por sus niños, los niños de Nyumbani y la vida que desprenden. Por ello acabo esto y me bajo a aprovechar el tiempo que queda al máximo con ellos. Gracias a toda la gente que ha estado aquí conmigo y me ha dado tanto y finalizo este post, que me está costando acabar de escribir, pensando en que algún día en mi vida volvere y repasaré las cosas que he hecho aquí.

ASANTE SANA KENYA

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