martes, 18 de marzo de 2014

La Ayuda al Desarrollo en tiempos de crisis, ¿realidad o utopía?


Hacía más de dos años que no escribía de nuevo en el blog. Por unos motivos o por otros, había perdido la costumbre de seguir estando inquieto por lo que pasa a nuestro alrededor. No culpo a nada en especial de que haya pasado esto, simplemente la vida viene de una manera u otra y en ocasiones vas abandonando las cosas. Pero un nuevo proyecto de voluntariado muy interesante que he empezado ha hecho que vuelva a escribir de nuevo.

El post de hoy viene perfecto en relación a la situación de contexto actual que se vive actualmente en el mundo y más concretamente en España. La famosa “crisis” es un fenómeno que no sólo ha ocupado la mayoría de las noticias de los últimos 5 años, si no que ha afectado a todos los sectores relacionados con el mundo laboral en la actualidad. la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) es una de ellas. La web de Entreculturas, me ha ayudado a encontrar mucha información en referencia a este tema y quería trabajarlo desde un artículo que tienen de hace un tiempo.

Por dar un poco de contexto a las ayudas de España a la AOD, en el año 2000 la llamada Cumbre del milenio congregó en la sede de las Naciones Unidas a los representantes de 189 Estados para que se hiciera una reflexión de la humanidad. De esta reunión salió los Ocho Objetivos de Desarrollo delMilenio, con el propósito de erradicar la pobreza extrema y el hambre, incidiendo en sus principales causas y mejorando aspectos como salud, educación, igualdad etc. España fue uno de ellos que se comprometió y desde el 2007 se firmó el Pacto contra la pobreza que garantizara, que antes del año 2012, el 0,7% de la Renta Nacional Bruta sea destinada a AOD por todas las administraciones del Estado. A día de hoy, no se ha llegado ni siquiera al 0,5%.


Estos fondos se destinan principalmente a tres áreas como son la cooperación internacional, para promover el desarrollo en los países del sur; a la educación para el desarrollo, con el fin de fomentar una conciencia global que busque un mundo más justo y por último, en ayuda humanitaria para catástrofes naturales. Resulta contradictorio que las ONG nunca hayan gestionado más de un 20% de estos fondos y son los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía y Haciendo y las propias comunidades autónomas las que usan la vasta mayoría de los mismos.

Desde el 2008, el Estado ha reducido la AOD en más de 1.000 millones de euros. Son realmente las Comunidades Autónomas las que están reduciendo drásticamente las cifras de AOD en tiempos de crisis, siendo el Ayuntamiento de Madrid uno de los más radicales eliminando prácticamente toda aportación y Castilla la Mancha llegando a recortes del 120% cuando la media de sus recortes en general está en un 20%

¿Cuáles son las consecuencias reales de todo esto? Pues básicamente recortar en AOD supone recortar en dignidad y derechos de las personas y colectivos más vulnerables, quienes, además, no han tenido responsabilidad alguna en esta cris, y sin embargo, son los que en mayor medida sufren sus consecuencias. Entonces no se seguirán formando enfermeras y matronas y aumentarán los índices de mortalidad materno-infantil, o que no se lleven acciones de prevención contra enfermedades como el sida, la malaria o la tuberculosis. Está claro que esto hace que los más pobres sean cada vez más pobres.

Las autoridades deben entender esto, deben entender que  es necesario hacer un esfuerzo para trasladar a la ciudadanía esta reflexión y que se valore en que se pierde con estos recortes. Tenemos que defender una manera de actuar que promueva unos valores éticos fundamentales que sitúen en primer plano los derechos básicos de las personas más vulnerables, por encima de todo. Se tiene que hacer entender que la AOD no es un gasto, es una inversión, que gastar en educación es la mejor inversión que se puede hacer, ya que esto generará a estas personas  que viven en la pobreza a cómo salir de ella y a desarrollar una vida digna. Y además esto traerá que estas personas pueda serle más fácil salir de las crisis y haga que estando formadas y capacitadas, puedan afrontar los problemas que tengan en el futuro.

La Ayuda al Desarrollo no es un lujo cuando las cosas van bien, ni tampoco una limosna cuando hay épocas más difíciles. Es una necesidad básica para millones de personas y son cada vez más las ONG que no tienen recursos para desarrollar sus proyectos en los sitios donde es más difícil el día a día. De hecho, se estima que entre un 20% y un 25% de las ONG, han ido desapareciendo por este contexto y otras muchas, en vista de que no tienen ningún tipo de subvención ni recurso, han tenido que pensar en otros modos de recabar fondos a través de internet u otros métodos para seguir ayudando.

Así pues, si las crisis se logran superar mirando al futuro, no se puede negar esta mirada hacia las personas que menos tienen, ya que son los más vulnerables haya crisis o no la haya, y por ello se tienen que poner sus derechos en el centro de cualquier política pública.