martes, 23 de agosto de 2011

Los niños de Kenia sueñan, y no son pesadillas.

Entramos en la recta final de este apasionante proyecto en Kenia. La verdad es que cada noche que me voy a dormir intento pararme en el día y todas las emociones de este orfanato y de este país en general. El post de hoy es un resumen de muchas cosas que he aprendido de los chicos y chicas que he tenido la suerte de disfrutar en todo este tiempo, pero especialmente centrado en el día de mañana para todos ellos, una vez salgan de este orfanato y decidan ir a la universidad y poder así cumplir sus sueños a pesar de las dificultades que han encontrado en la vida. Hablando por las noches con los voluntarios, recordando momentos del día y compartiendo muchas historias, siempre coincidimos en que si cuando seamos mayores descubrimos la tarea que desempeñan cualquiera de estos niños que ahora tratamos de enseñar, sería una de las mayores alegrías de nuestra vida.

Las historias del orfanato son totalmente heterogéneas unas con otras. Hay niños que están aquí porque aún teniendo familia, el tratamiento del SIDA es demasiado costoso para ellos y por ello lo tienen que dejar aquí. Ese caso es el menor, porque hay muchísimos que no tienen a nadie más que el hogar que se han creado en este orfanato desde muy pequeños. Las clases están siendo de lo más inspiradoras para todos. Por una parte para los niños, donde sin dudarlo nos piden que les enseñemos español. Ellos al fin y al cabo desean conocer culturas e idiomas de otros países porque saben que Kenia es una tierra donde la gente lo pasa mal. Para nosotros es una felicidad constante enseñarles español, o geografía o ciencias porque es impresionante las ganas de aprender de muchos de ellos.

El momento que más me ha impactado en el tiempo que he pasado con los chicos por las mañanas en clase ha sido el de la hora de redacción. Durante las demás clases son niños al fin y al cabo, con sus riñas, a veces su testarudez o cabezonería, como todos hemos tenido de pequeños. Pero es en esas horas cuando en el más absoluto silencio de la clase y cada uno en su momento, postura y rincón deseado, echa su imaginación a rodar y decide escribir sobre los diferentes temas que los voluntarios les decimos. Y es ahí cuando he de decir estoy aprendiendo más que nunca de unos chicos de 12 o 13 años. Los temas a escribir han sido variados, desde que me digan sus aficiones, a cuál sería el país que más les ha gustado pasando por lo que el orfanato les aporta. Pero los dos temas que más me han sorprendido y a la vez ayudado a comprender por lo que han pasado estos chicos y el futuro que les espera han sido el de qué opinan de su país, Kenia y qué les gustaría ser de mayor.

En cuando al primero, decir simplemente que la mayoría coincidían en que no querían vivir en Kenia, por que es un país donde la gente muere de enfermedades por la higiene y muchos niños se mueren de hambre. Palabras textuales de muchos de ellos. Por lo que estos niños son muy conscientes de la realidad actual que vive este país y más si cabe ahora con la Crisis del Cuerno de África. En las redacciones, muchos decían que se querían ir de Kenia en un futuro porque al fin y al cabo, para ellos la esperanza es alejarse de esta tierra donde han visto perder a sus personas más queridas por unas circunstancias u otras. Estados Unidos y países de Europa eran el destino de muchos de ellos para salir de Kenia. A pesar de ello, muchos también resaltaban las cualidades positivas y muchas que tienen este país, como la vida salvaje que reside permanentemente en cada paso que das o los amigos que habían hecho en el orfanato.



El otro tema para escribir que les puse a los niños fue el de qué les gustaría ser cuando fueran mayores. Algunos de ellos el año que viene ya empiezan la universidad y ya tienen muy claro qué quieren hacer en un futuro. De algún modo el hecho que puedan comenzar unos estudios universitarios es una auténtica suerte ya que muchos de los niños de Kenia se quedan en el colegio sin tener acceso a estos estudios y algunos otros ni siquiera poseen educación básica. Para hablaros de este tema, voy a destacar una visita muy especial al orfanato en sábado pasado. Coincidiendo con el día en que los chicos tuvieron más tiempo libre y comieron todos juntos, vinieron pilotos de Air Kenya, la aerolínea nacional del país. En concreto un hombre y dos mujeres que nos contaron cómo había sido sus vidas hasta llegar a lo que eran ahora. Fue muy inspirador para los niños ver cómo personas que se habían criadoen los mismos pueblos y rincones que ellos mismos, ahora estaban en un puesto tan importante como el de piloto y por ello no dejaron de mostrar interés durante todo el rato que duró su intervención. Reconozco que yo también aprendí mucho de ellos.

En base a esto quiero comentarios diversos casos de algunos chicos del orfanato. Por ejemplo Stanley, de 13 años. Quiere ser piloto y en la redacción me puso que principalmente para viajar y salir de Kenia, pero también para convertirse en un hombre poderoso y poder así volver a su país para ayudar a la gente que más lo necesita. Es un chico, tengo que decir, extraordinario en clase, trabajador, se esfuerza al máximo en lo que hace y no tengo ninguna duda que con lo poco que lo conozco, sabrá llegar a lo más alto si sigue con esa ambición y esfuerzo en su trabajo. Otro ejemplo totalmente antagónico es el de Mungai o Junior. Nos dijeron que era bueno que los voluntarios tratáramos de hacerles cambiar de idea a muchos de ellos que querían ser, especialmente chicos, conductor de matatus; el transporte público que ya os hablé en otro post. Mungai, en concreto, le apasionaría ser conductor de coches para turistas en Kenia, porque como dice él : "quiero enseñar el mundo el maravillos país en el que nací".

Hay muchos más casos, como el de Magdalena que quiere estudiar relaciones internacionales, o Thomas que quiere ser piloto por una sencilla razón, la de viajar mucho y ver otras culturas. También interesante el caso de Moses, donde según me pudo decir, en su vida lo primero era Dios y lo segundo el fútbol. Y todo lo que escribía o me contaba iba girado en torno a ese deporte. Y como bien decía su redacción, "rezo todas las noches para que Dios haga realidad mi sueño". Podría realizar varios post contando las muchas historias de los chicos y chicas del Home, y que los voluntarios tanto comentamos por las noches deseando que sus sueños se hagan realidad en un futuro pero creo que con estos ejemplos veáis que estos chicos también tienen pensamientos de futuro en su cabeza incluso viviendo en la realidad en que viven.

Me despido por hoy desde Kenia, en un par de días os contaré en otro post las historias de las "mummies" de cada una de las cabañas donde están 7 o 8 niños, auténticas historias de sacrificio por los demás y amor hacia los niños que no han tenido la mejor de las suertes. La semana que viene vendrá el último post desde Kenia, todavía no me hago a la idea de que esta experiencia en unas semanas se acabe. Como bien dijo una piloto que nos visitó, que tenía una hija de 3 años y que veía de mucho en mucho debido a su trabajo y bajo una frase del gran Paulho Coelho, "la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante"

Asante Sana Kenia


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