domingo, 28 de septiembre de 2014

Los hogares fantasma

Si existe la palabra vulnerabilidad en este mundo, debería ir siempre asociada a aquellas personas que son desplazados internos. A diferencia de los refugiado, los desplazados internos no cruzan fronteras internacionales en busca de seguridad y protección, si no que permanecen dentro de su propio país. Puede ser que en ocasiones las razones sean las mismas que los refugiados, pero con la diferencia de que los desplazados internos permanecen bajo la protección de su gobierno, incluso cuando éste es la causa principal de su huída.

Esta introducción que acabo de hacer inicia este post basado en en aquellas personas que inevitablemente se ven forzados a abandonar toda una vida y tener que huir debido a los problemas totalmente ajenos a ellos que sufren. Y con ello me refiero al conflicto de Siria que está sucediendo en este instante.

El 20 de Junio se celebra el Día Mundial de los Refugiados y ese día la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) informó hoy que 51,2 millones de personas se vieron obligadas el pasado año a abandonar sus hogares a causa de crisis y conflictos, la cifra más alta después de la Segunda Guerra Mundial. Este incremento se debió principalmente al ya citado conflicto de Siria, y a otras crisis en África, como son la de la República Centroafricana y Sudán del Sur. Podemos ver en este gráfico el número de refugiados en los últimos 25 años y ver la gravedad del momento.



Lo peor es que la mitad de estos refugiados son niños, y las organizaciones de ayudas internacionales y regionales no cuentan con los recursos financieros necesarios para cubrir las necesidads básicas de estas personas. Y como siempre, vuelve a haber unas diferencias tan grandes entre las personas que deciden refugiarse, que al final todo se vuelve más vulnerable. El 80% de las poblaciones refugiadas y desplazadas está compuesto por mujeres, niñas y niños. Esta desproporcionada representación de determinados colectivos, es resultado de una particular división de las tareas en las situaciones de conflicto: los hombres, mayoritariamente, el contingente de combatientes; las mujeres, en cambio, quedan a cargo de proteger el lugar de residencia y cuando esto es imposible, son las responsables de buscar otros lugar donde las personas más vulnerables tengan las condiciones de sobrevivir. Y no nos olvidemos de la brutal violencia que acompaña este proceso.



 
 
Está claro que hay un déficit de paz en el mundo, lo que se debe a una multiplicación de nuevas cris y a las viejas sin resolver. Simplemente con esta frase, se resume la precaria situación actual: cada minuto, ocho personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror y la mayoría tiene que elegir entre algo horrible o algo aún peor.

Al final lo que queda es la historia de cada una de las personas que sufren esta lacra. Son esas pequeñas historias que personalizan lo que cada uno de estos 51,2 millones de personas desplazadas representan. Aquí os dejo la historia de Maria Eugenia, una mujer colombiana que ha sufrido la violencia de la guerrilla en sus propias carnes.




Pero como Maria Eugenia, hay muchísimas mas historias de mujeres que en su huida, corren el riesgo de  eencontrarse con miembros del ejército enemigo que consideran la violación sexual como un "arma de guerra" que inflige humillación y derrota y derrota, no solamenta a quien la sufre, si no a todo su entorno familiar y comunal. Es por ello que toda esta problemática exige una análisis de género, algo que siempre ha sido ignorado. Y este análisis es preciso, en primer lugar, para poder tomar en consideración las necesidades y preocupaciones específicas de las mujeres, como colectivo mayoritario que son dichos colectivos, y, en segundo lugar, para poder observar las modificaciones, negativas y positivas, que su situación de discriminación sufre durante la huida, el tiempo de refugio o el retorno.

Esto ha sido una muy pequeña reseña de la situación actual de desplazados y refugiados en el mundo, y por la cual ACNUR dedica todo su esfuerzo diario de pequeños heroes anónimos. Todos pueden aportar y ayudar a que esta gente no tenga que abandonar sus hogares y por ello os animo a que entréis en ACNUR y apoyéis esta causa tan olvidada diariamente.